Toda persona metida en el mundillo de las Blythe conoce las Kenner: esas viejunas que al entrar en el hobby nos parecen desorbitadamente caras y que despiertan unas pasiones absurdas entre los coleccionistas habituales. ¿Qué gracia tiene una muñeca vieja, sucia, amarilla y con los cuatro pelos que le quedan enmarañados?
En general, a medida que vas entrando más en este hobby, vas conociendo mejor cada molde, cada modelo, qué hace especial a qué muñeca... Pero sigues sin informarte mucho de esas muñecas viejas y sobrevaloradas porque eso es una locura de las coleccionistas americanas que van sobradas de tiempo y de dinero.
Pero de repente un día te encuentras con una foto, una expresión plasticosa, un toque o en definitiva, con algún detalle que te haga hacer una pausa y mirar una Kenner. Si eres afortunad@, incluso puedes llegar a encontrarte con alguna en alguna quedada o evento y vivir ese momento en directo. Ese día, en ese momento, digievolucionas en este hobby.
A mí ese día me llegó a través de flickr, y así llegó el día en que recogí a Aloma Citronella de manos de su segunda dueña en una parada de metro de Barcelona. Ni sufrimiento por aduanas, ni por envío, ni por paquetes perdidos: mi Kenner rubia estaba en la bolsa de cartón que tenía en la mano.
Cuando llegué a casa y pude dedicarle unos minutos, lo primero que me llamó la atención era su olor: dulce, suave, antiguo, con historia... Era una muñeca especial.
Decidí no hacer como much@s Blyther@s con Kenners y la sacaba de casa tranquilamente: para sesiones de fotos, quedadas y merendolas varias e incluso se vino conmigo al Blythecon Europe en Barcelona vestida de Momolita para sacarse una foto con la diseñadora de su outfit.
De derecha a izquierda: Momolita, mi Kenner y yo
en el Blythecon Europe de Barcelona
en el Blythecon Europe de Barcelona
Es probablemente la muñeca más fotogénica de todas las que tengo y la que tiene un aire más especial para mí. Y ahora, es la clave para cumplir uno de mis sueños más esperados que espero cumplir pronto. Desgraciadamente para ayudarme a ello, necesita encontrar un nuevo hogar y parece que por el momento se va a Canadá, con alguien que deseaba una rubiales viejuna en su casa con mucho empeño!
Así que esta entrada es un pequeño homenaje a las Kenner en general y a Aloma Citronella en particular, porque todo hobby tiene sus estrellas y las Blythe no iban a ser menos!